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Sobre el Cine Hondureño

Escrito por Eduardo Bähr

«Sami Kafati padeció de una pasión indivisible de principio a fin: hacer cine en Honduras, su placer y dolor esenciales». Roberto Sosa

SAMI KAFATI

nació el 21 de diciembre de 1936 y falleció el 29 de abril de 1996 en Tegucigalpa.

Realizó estudios cinematográficos durante la década de los 60 en la Universitá Internazionale degli Studi Sociali de Roma.

En 1982 le fue otorgado el Premio Nacional de Arte Itzamná, por parte de la Escuela Nacional de Bellas Artes, probablemente el único reconocimiento intelectual que recibió en su propio país.

En Chile filmó: Más allá del 70. Programa político transmitido por el Canal 13 de TV de la Universidad Católica de Chile. (Realización de la parte fílmica de los diferentes programas llevados a cabo durante la campaña política chilena de 1970, para Salvador Allende). Neruda: Hombre y Poeta. Documental de 1970 con el poeta, en Chile.

Y en Honduras los siguientes documentales: Independencia de Honduras, 1971. Agua, vida y desarrollo, 1976. Proyecto Guanchías, 1976, para la Naciones Unidas. Bajo Aguán, 1976. Otros documentales de Sami Kafati fueron: Acueductos rurales, El despertar del Kukulcán, Salud en Honduras, Bosques y maderas de Honduras. Escuela de ciencias forestales. Rescate de los bosques de Honduras.

Su producción cinematográfica propiamente dicha, sin embargo, comienza con Mi Amigo Ángel. Película experimental de cortometraje realizada en 1962 y considerada como la primera película de la historia cinematográfica de Honduras. El argumento, la dirección, la fotografía, la producción es de Sami Kafati. Hasta la carretilla de juguete que le sirvió para cargar la cámara a manera de rieles en las escenas con travelling era de Sami.

Él mismo dijo, en una entrevista para la Revista Alcaraván: «No tenía conocimientos, ni equipo. Un amigo mío, fotógrafo, me prestaba dos «cacerolas» que funcionaban como equipo de iluminación. Filmábamos los sábados por las tardes y los domingos.» Sami hizo esa película con actores no profesionales y con la gente del pueblo. Corrió riesgos increíbles en esa filmación. Los periodistas le decían, muy contrariados, que habiendo tanto paisaje bello en el país, por qué había escogido temas sociales. Con su cámara de 16 hurgaba en los burdeles y cantinas, detrás del niño Ángel, que andaba buscando a su padre borracho. La gente lo insultaba y amenazaba. Alguien le dijo una vez: «Te voy a matar, turco hijueputa, porque andás retratando sólo lo malo del país».

Como nunca dejó de soñar con sus proyectos, Sami realiza, en los primeros años del decenio de los setenta, su primera experiencia con el cine argumental de largo metraje. Era la primera versión de No hay tierra sin dueño. El proyecto fue abandonado porque, durante una toma, realizada en el cementerio de Valle de Ángeles, se soltó un tornillo de la cámara y la luz destruyó el trabajo de todo el día. La cámara sonaba como una motocicleta y Sami, Bobo, su hermano, y Normita, su esposa, tenían que ponerle una capucha de cuero para disminuir tanto el ruido como la vibración. Habiendo terminado las escenas conmigo, se había procedido a hacer la toma de Fosi Bendeck, quien aparecía con un paraguas blanco, sentado sobre la tumba de su esposa, comiéndose unas enormes burras de frijoles y huevo, mientras le «platicaba» acerca de los problemas que confrontaba con sus hijos.

Esa vez Sami, sumamente frustrado, consideró que la cámara no servía y el proyecto entraba en receso. Con posterioridad, tuve que viajar a EE. UU. para realizar estudios con una beca de la Universidad de Cincinnati, y de esa manera contribuí con gran dolor a que el proyecto también se detuviera por mi culpa. No obstante, en cuanto regresé, Sami, con espíritu renovado, me buscó para que hiciéramos No hay Tierra Sin Dueño, en la que yo iba a ser originalmente coguionista. Luego me ofreció un personaje que me pareció de gran fuerza expresiva y vital y él escribió sólo el guión.

En 1975 llegó a Honduras el realizador chileno Raúl Ruiz para filmar una película acerca de la naturaleza humana del latinoamericano. Raúl había conocido a Sami en Chile, mientras éste filmaba el documental de Neruda. Raúl se había ido para Francia, huyendo de la desenfrenada barbarie asesina que desencadenó el golpe de Estado contra Allende, perpetrado por el General Pinochet, el mismo que en la actualidad, tantos años después, está siendo juzgado, con todo y familia, por ladrón de dineros pertenecientes al pueblo de Chile.

Utopía

Raul Ruíz Raúl había acabado, no se sabe cómo, con el presupuesto de la televisión alemana, así que llegó a Honduras sin dinero y con un vago proyecto.

Buscó a Sami y ambos llegaron a mi casa para darle forma a lo que sería una película, esta vez sobre la naturaleza humana del latinoamericano desde la reducida óptica de la naturaleza del hondureño.

A medida que se llevaba a cabo el proyecto, Raúl Ruiz recibió más de una sorpresa en relación con esa naturaleza humana. Sami, que no sabía exactamente lo que Raúl quería, me dijo que yo escribiera el guión.

Pero Raúl, quien siempre andaba acompañado de un zurrón de cuero que contenía una damajuana de ron hondureño de cinco litros, dijo de pronto que lo que quería era una película sin guión, en base a la improvisación de actores y actrices y cuyo argumento sólo consistiría en el viaje, por todo Honduras, de dos vendedores en busca de un camarada perdido. Con gran frustración de mi parte, y por segunda vez, Honduras se perdió de tener al mejor guionista de cine de todos los tiempos y de todas las galaxias.

Raúl se instaló en casa de Sami y el sofá de la sala fue la suite de su hotel mientras duró la experiencia. No gastó más que en los pasajes de los que le ayudamos, cuando teníamos que trasladarnos a cualquier sitio fuera de Tegucigalpa. Sami no sólo fue el director de la fotografía de esa película, sino quien consiguió a todo el personal, actores y actrices, gente del pueblo, ninguno profesional, hasta que terminó Utopía, titulada en francés Le corps divisé et le monde à l’envers.

La película estuvo perdida para nosotros durante treinta años, puesto que Raúl no envió nunca la copia que le había prometido a Sami y que resultaría en una especie de pago por su labor cómo cámara. En el viaje de regreso, yendo de Honduras hacia México, se perdieron tres rollos de la película y una edición con lo que quedaba sirvió para que la televisión alemana la presentara en Europa y ganara un premio cuya denominación también se desconoce.

Hace unos pocos meses, aparecieron copias de la película en formato DVD, la primera conseguida por el hijo de Fosi Bendeck, Fawsi, quien, además de la familia de Sami, tiene forzosamente derechos éticos sobra la película. La segunda, por parte de German Leitzelar, ministro de trabajo del gobierno de Ricardo Maduro, y que tuvo una gran actuación en la película.

Es probable que el propio Raúl no la tenga, puesto que hacía poco lo habíamos localizado por teléfono desde Bruselas con mi hija Karen y, después de alegrarse mucho por comunicarse con nosotros y de lamentar la muerte de Sami, nos dijo que la televisión alemana había dejado esa película en algún archivo y nadie sabía dónde.

Ahora Raúl Ruiz es ciudadano francés y uno de los directores más importantes del cine mundial contemporáneo, con más de cien películas en su lista de realizaciones y los más altos galardones, incluyendo selecciones en Cannes y otros prestigiados festivales.

Sami realizaba, pese a su delicadísima dolencia cardiaca -fue operado tres veces-, otras actividades: En 1966, el Teatro Universitario que dirigía Francisco Salvador, funda el cine-club Robert Flaherty, lo dirigen Sami y Lorenzo Zelaya. El cine-club proyectó algunos ciclos y logró publicar dos números de una revista (con el mismo nombre) dedicada exclusivamente al cine y en la que aparecen artículos de Andrés Morris, un catedrático español de la Escuela Superior del Profesorado y autor y director de teatro, a quien se deben, quizás, los primeros trabajos serios de crítica cinematográfica en el país.

Cuando estuvo en el ministerio de Cultura, en la época de Rodolfo Pastor Fasquelle, Sami elaboró un proyecto para el Fomento y Desarrollo del Cine en Honduras; el proyecto contiene recopilación y reelaboración de leyes de los países desarrollados adaptadas a nuestra realidad; pese a que le dedicó mucho tiempo y esfuerzos, no fue aprobado por el Congreso.

Tuvo, eso sí, con el engranaje burocrático de Honduras, encuentros frustrantes y a veces tragicómicos. «En cierta ocasión -cuenta- tenía una cita en el Banco Central, donde presumiblemente habría algún patrocinio, por supuesto retribuido con los créditos, para hacer mi cine; con mucha amabilidad me recibió su presidente, con el que estuvimos hablando, y más o menos después de media hora ¡vaya sorpresa! me pidió que le explicara lo que era una cinemateca».

En palabras de Rafael Murillo, la actividad fílmica en Honduras está condicionada por su inserción en un contexto social que de una u otra forma ayuda a marcarla y determinarla. En un país dependiente, pobre, pequeño, colonizado, asentado sobre una estructura económica social definida por la explotación, no puede esperarse una actividad cinematográfica de gran envergadura. El propio Sami dijo que hacer cine de expresión en nuestro medio es una pretensión de locos.

«Nos han lavado tanto el cerebro con el cine norteamericano o con las películas de los países industrializados -expresó-, que la gente ha terminado pensando que en los países pobres no tenemos el derecho y mucho menos la capacidad para hacer lo que hacen los norteamericanos o los otros países donde existe la cinematografía como industria. Estoy de acuerdo, pero nosotros no deseamos hacer un cine a lo norteamericano, francés o italiano, queremos hacer cine a lo hondureño».

Siempre apoyó el trabajo de los contemporáneos suyos que hacían trabajos cinematográficos, como Fosi Bendeck, René Pauck, Mario López y su esposa Vilma. Mario y René hicieron posteriormente un hermoso cortometraje de ficción basado en el cuento El Gallo, de Jorge Medina García.

Y Fosi hizo, como sabemos, El Reyecito o el Mero Mero, con la cámara y el ojo de Sami Kafati.

Siempre estimó el trabajo de Enrique Ponce Garay, como crítico y comentarista de cine, y lo consideraba el único elemento positivo de la llamada comisión de censura.

A pesar de todo, Sami Kafati hace sin ayuda oficial una película de largometraje, que empieza en el decenio de los ochenta y deja inconclusa en las instancias de producción en los noventa, y que sólo pudo terminarse gracias a la inquebrantable decisión de su familia, a la financiación pública francesa y a la ayuda de la directora y editora chilena Carmen Brito Alvarado.

En Cannes, Honduras, España y Brasil, ponen la nota latina en la Quincena de Realizadores, muestra paralela al Festival en su 35 edición de 2002. La Quincena, creada en 1968, no distribuye ningún premio, pero los siete primeros largometrajes que estrena entran automáticamente en liza por la Cámara de Oro de la selección oficial.

Como se sabe, la película No Hay Tierra Sin Dueño fue la seleccionada, no sin vivir en sí misma, antes de vivir, una de las historias más extraordinarias que se puedan imaginar.

Después que falleció Sami, la familia empezó a moverse desde la nada para poder recuperar, sin saber exactamente lo que iban a recuperar. Encontraron en Carmen Brito justamente lo que esperaban: una restauradora, montajista y postproductora. Ramsés Kafati cuenta con natural dramatismo lo que sucedió con la película: «Mi papá ya tenía el sonido montado en cinta magnética y lo tenía sincronizado con imagen, pero al venir la chilena eso ya no servía, solo la imagen se rescató y se tuvo que regresar al sonido de la grabadora Nagra para después volver a montar el sonido. La directora chilena hizo este montaje de sonido sin ninguna referencia, sólo a punta de sincronizar cada sonido de cada secuencia con la imagen que tenía mi papá en el montaje. Uno de los actores, de los principales, es un campesino que no podía retener dos palabras y mi papá no alcanzó a hacer el doblaje de este señor, cuando la chilena vino hizo el doblaje con su propia voz. La imagen ya tenía síntomas de descomposición, pero inmediatamente llego ella y después de increíbles peripecias la rescató.»

Carmen Brito se llevó para Chile todo lo que la familia de Sami tenía en el freezer. El material cabía en dos cajas de madera de dos metros de altura. En el viaje a Chile se corrió el riesgo de que los rayos Equis la velaran o deterioraran, lo que no sucedió, porque no pasaron por la máquina las cajas de UHL. Hubo una espera de dos años, en la que la familia llegó a creer que todo estaba terminado. Pero Carmen Brito se comunicó con ellos para relatarles que la película no aparecía por ningún lado en los materiales que se había llevado, y que de pronto había sido descubierta en latas que tenían viñeta de «película virgen», la que, supuestamente vencida, había que tirar a la basura.

Esas y otras peripecias increíbles son las que dieron pábulo para que Katia Lara echara a andar su proyecto Corazón Abierto. Con una dirección y conducción técnica impecables, Katia Lara nos relata cómo logró finalmente terminarse No Hay Tierra sin Dueño.

Desde la llegada de Carmen Brito, todos asumieron que el fantasma de este hombre, agobiado, pese a su determinación de acero, por el padecimiento cardiaco que un mes lo tenía trabajando y al día siguiente en cama, los conduciría por un laberinto por él trazado hasta la consecución final de la película.

La misma, tiene como director de fotografía y editor a Andrés Papousek, joven argentino de personalidad comedida e inteligente y del cual se nutrirá, con seguridad, la cinematografía hondureña, por su depurada técnica y limpia y honesta manera de trabajar.

Ficha técnica de No hay tierra sin dueño, tiene lo siguiente:

PRE Producción, Producción, Argumento, Guión Cinematográfico, Dirección, Fotografía y Montaje: Sami Kafati.

Elenco: José Luis López (Calixto) Ya fallecido. Saúl Toro (Cástulo), Daniel Vásquez (Lorenzo), Marisela Bustillo (Carmen), Eduardo Bähr (Eduardo), Napoleón Pineda. Fallecido recientemente, Fosi Bendeck, Claudia Matute, Samia Kafati, Ricardo Licona. Fallecido, Virgilio Guardiola, Lorenzo Zelaya, Óscar Barahona, Mauro McCarthy, Óscar Gálvez, Míriam de López, Dorita Ehrler,

Productores Asociados: Kamel Kafati, Oswaldo Kafati, Evaristo López, Gustavo Kurwhan, Nadim Kafati,

Producción ejecutiva: Marisela Bustillo, MiguelMartínez,

Ayudantes de dirección: Francisco Andino, Napoleón Pineda,

Asistente de fotografía: Miguel Martínez.

LA SINOPSIS DE LA PELÍCULA ES LA SIGUIENTE: El alcalde está dispuesto a solucionar el problema que tiene Don Calixto, el cacique del pueblo y poderoso terrateniente, con un campesino que se niega a deshacerse de la parcela que ha pertenecido a sus antepasados y que heredarán sus hijos. Es hijo del capataz de la hacienda y tiene embarazada a la hija natural de Don Calixto, con la que planea casarse en cuanto construya la casa en el terreno donde se ha metido a la brava.

TIENE LOS SIGUIENTES CRÉDITOS: La película de largometraje No Hay Tierra Sin Dueño se realizó gracias a la entrega incondicional, pasión y sensibilidad de un enorme grupo de personas que creyó en la locura de hacer cine en Honduras, con quienes estamos eternamente agradecidos. La Post-Producción de la película fue realizada gracias a: Carmen Brito Alvarado, Daniel Henriquez Ilic, Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia y el Ministerio de La Cultura y de las Comunicaciones de Francia. A la Comisión «Fonds Sud» del Centro Nacional de la Cinematografía de Francia. A la Embajada de Francia en Honduras.

Para esta presentación, Katia Lara me suministró una valiosa información que quiero compartir con ustedes: DESPUÉS DEL INESPERADO estreno de tres largometrajes en el año 2002, se han dado dos pasos muy importantes y alentadores para el desarrollo del cine en Honduras: CINERGIA, el Fondo de fomento al audiovisual de Centroamérica y Cuba se apresta, con buen éxito, a apoyar proyectos de cine en nuestro país. Se constituye la ACH, Asociación de Cineastas de Honduras, y cuya junta directiva provisional es la siguiente: PRESIDENTE Katia Lara VICE-PRESIDENTE René Pauk SECRETARIA Julia Herrera TESORERO Óscar Estrada FISCAL Marisela Bustillo VOCAL Francisco Andino.

Es preciso destacar a algunos realizadores que estudiaron en el exterior y que ya suman más de quince en el país, como: Francisco Andino: Con su película cortometraje Voz de Ángel; el documental sobre el huracán Mitch, la serie Historias de Fiscales para la TV, y los mejores spots políticos de nueva generación. Tiene un proyecto de largometraje sobre la vida del padre Subirana, que suena necesario y retador.

Marisela Bustillo: Mujer inteligente que ha estado presente en las mejores producciones hondureñas, y que acaba de volver de Japón, donde produjo un cortometraje que esperamos ver pronto.

Hispano Durón: Realizador de gran talento. Anita, la Cazadora de Insectos continúa enseñando por poca plata a las nuevas generaciones a las que acompaña en la producción y estreno de sus trabajos. Mantiene su columna «crítica de cine» en el diario El Heraldo y sigue trabajando en su próximo largometraje sobre la llamada «guerra del fútbol». Esperamos ver pronto su documental sobre las maras, y en la muestra CINEFILIA veremos un trabajo suyo en 16mm que se llama Tierra y Fuego, la alfarería tradicional lenca de la Campa.

Nolban Medrano y Elizabeth Figueroa: con su Latino Estudio, siguen formando jóvenes y no abandonan sus sueños de cine.

Óscar Estrada, guionista: Se mantiene ejercitándose en el canal 48. Esperamos que finalmente inicie la producción de su documental Marabunta.

Vita Randazzo, directora de cine graduada en la EICTV, Servio Tulio Mateo: Un excelente productor que también estudió en el exterior.

René Pauk y Gerardo Aguilar, de PL producciones: Preparan su documental sobre la Huelga del 54.

Roberto Bude: Excelente realizador de reportajes documentales.

Regina Aguilar: Que ha triunfado en el exterior con instalaciones artísticas que incluyen excelentes cortometrajes, como el famoso Nos Vale Verja, censurado en una muestra nacional de la Galería Nacional de Arte.

José Olay: Quien acaba de estrenar su largometraje El Último Secuestro.

Juan Carlos Fanconi: director de Almas de la Media Noche, que está por finalizar su segundo largometraje, El Xendra.

Y LOS MÁS JOVENES. Alejandro Irías: Que continúa con su proyecto de largometraje y su dedicación a la ACH. Julia Herrera: Muy activa en la ACH y en Terco Producciones. José Antonio López Rojas: Que ya prepara su documental. Carlos Ordóñez: Que viene preparado desde Cuba como guionista y que ha realizado dos proyectos literarios con éxito. Allan Mairena y Ana Paola Reyes: Están por graduarse en la EICTV, de Cuba. Antes de salir a estudiar ganaron un ÍCARO. Gabriela Leiva: Quien es la primera montajista hondureña graduada del EICTV. Darwin Mendoza: Que combina su trabajo de artista plástico con el audiovisual. Francisco Ponce: Que aparece en el proyecto GRITÓN con un evento cultural multidisciplinario. Esaú Adonai: Que realizó un excelente video experimental que llamó LADO. Andrés Alegría. Carlos Reyes. Manuel Villa Puzo, escritor y realizador que tiene en su haber cuatro cortometrajes.

Y otros que no se nos olvidan, pero que no han enseñado todavía su nombre en letra cinematográfica.

Amigos: tenemos que recordar que en países como Argentina se hacen 20 películas por año. Que en México también se hacen 20 y que estamos hablando de mercados superdesarrollados. Que actualmente se está produciendo en Francia un fenómeno único en el mundo: las mujeres constituyen en gran medida el relevo de la nueva generación de cineastas. En apenas diez años, han conseguido recuperar el tiempo perdido de forma asombrosa. Controvierten y cuestionan la visión tradicional de las relaciones sociales y familiares; se apoderan de temas que perturban la conciencia y bosquejan unos magníficos retratos de mujeres que dan rienda suelta a sus impulsos, lo que da lugar a una mirada audaz sobre la relación con el cuerpo y la sexualidad.

Que en Saladillo, una localidad pobre de 30 mil habitantes de la oriental provincia de Buenos Aires, situada unos 180 kilómetros al norte de la capital argentina, en este momento se lleva a cabo el festival de Cine con Vecinos, en su segunda entrega, con la participación 12 largometrajes y 12 cortometrajes realizados con la actuación de los vecinos y amigos de los pueblos y ciudades del interior, para ser presentados frente a la plaza principal, con capacidad para espectadores que cuando ya no caben ni en el suelo, se acomodan en la calle para ver cine hecho por ellos mismos. Que en este momento, en el Festival Internacional de Cine Pobre, de la Villa Blanca de los Cangrejos en Cuba, que ya lleva tres ediciones, más de 70 obras cinematográficas de largo, medio y cortometraje se hallan en concurso.

Que los movimientos originados en Brasil, como Cinema Novo, expresión estética del hambre, buscan instalar en el escenario mundial las problemáticas y temáticas latinoamericanas, filmar y producir no sobre la pobreza sino desde la pobreza. Que cine pobre no quiere decir cine carente de ideas o de calidad artística, sino cine de restringida economía, que se ejecuta tanto en los llamados países periféricos como el nuestro, como en el cine independiente o alternativo.

Que el creciente espíritu de indefensión generado por la globalización socio-político-cultural pretende consolidar una sola visión de la vida, encaminada a estandarizar conciencias, anular diversidades y perpetuar un ejército de autómatas consumidores a expensas de la explotación, el hambre y la muerte de millones de seres humanos.

Que no por pobres en recursos financieros el cine que podemos producir está en desventaja; pues resultaría rico en espíritu y ética, porque es insustituible para promover los valores culturales de las naciones rescatadas del mismísimo océano del avasallamiento y la indignidad. Que nuestro cine podría transgredir, ya sea de manera explícita o implícita, ya sea en forma experimental o iconoclasta, el conformismo actual de nuestro pueblo con la cinematografía ligada al mercantilismo y a la servidumbre, venido a menos desde una univalente experiencia seudocultural, en la cola de la globalización; mientras los propiciadores de ésta se mantienen empleados a fondo en matar gente en países cuyo nombre ni siquiera pueden pronunciar.

Que si ponemos todos lo que podamos en la dura lucha por empujar el desarrollo el cine nacional, como lo hizo la gente desinteresada que realizó la película de Raúl Ruiz y la gente amorosa que resguardó con su solidaridad el cuerpo enfermo de Sami Kafati, para que pudiera seguir cargando una cámara casi hasta la orilla de su vida, de tal manera sostenida con entereza, honestidad y valor inconmensurable que su propio médico tuvo que prohibirle cargarla, estaremos fomentando el futuro en un país que ni siquiera ha tenido pasado.

Si consideramos al objetivo de hacer cine como una forma personal y modesta de lograr expresión artística en libertad, los poderosos, los corruptos, los eternos sobrevivientes sobre el naufragio de Honduras en un mar de sangre, tendrán que ponernos atención, tendrán que fijarse en estos artistas locos, por lo menos para que les expliquemos qué es una cinemateca. Así sabremos que el cine que estamos haciendo con las uñas, ha pasado con honestidad y con gallardía a ser cine con los dientes.

Amigos: lo dijo Eduardo Galeano, quien estuvo en Honduras hace poco: “Teniendo en cuenta el desamparo de los creadores, los costos siderales, la ausencia del dinero, la desalentadora experiencia, la falta de medios técnicos, la indiferencia oficial, el exterminio de las salas, la alienación del público, la mala leche de los críticos y la hostilidad de los demás, el cine latinoamericano es, hoy por hoy, la única prueba irrefutable de la existencia de Dios.»

Tegucigalpa, 2006. Publicado el lunes 5 de junio de 2006.

 

5 respuestas to “Sobre el Cine Hondureño”

  1. kenia caceres said

    hola lic. el blog esta muy intetresante hace tiempo atras quien se iba imaginar que la tecnologia nos iba acercar con el mundo entero y ahora con un solo click la tecnologia nis acercado.
    Solo me despido con un pensamiento:
    «UNA SONRISA ES UN BELLO ROSTRO DE GIGANTE», TENGA UN BUEN DIA!!!

  2. kenia caceres said

    Hola lic. espero que se encuentre muy bien y quiero comenter que la reseña historica del cine hondureño esta muy interesante y sobre todo lo mas elemental que se necesita saber y solo quiero despedirme con un pensamiento y compartirlo con usted:
    » UNA PALABRA AMABLE PUEDE ENTIBIAR TRE MESES DE INVIERNO».

  3. Ricardo Arguello said

    Buenas tardes Licenciado Martínez es un gusto saludarlo y manifestarle que a un dia del comienzo de la asignatura de cine ya me encuentro desarrollando el cuestionario que usted elaboró en periodos anteriores.

    Gracias por haber abierto la asignatura de «Periodismo Cinematográfico» para este segundo periodo del año 2010, tal como le habia hecho la petición a inicios de este año de manera personal en su oficina.

    Espero poder aprender mucho y sacar el mayor de los provechos en esta clase.

    Gracias y nos vemos mañana lunes 21 de junio de 2010.

  4. Buen Día Lic. Martinez:
    Es muy interesante y a la vez triste, leer esta reseña del cine hondureño, Como las personas luchan hasta la muerte por realizar sus sueños, Samy Kafati abrió el camino para hacer cine en Honduras.

    Gracias por dar a conocer su nombre!!!

  5. Gerardo Portillo said

    Creo que tenian mucha pasion y amor por el cine; aunque las cantinas y lupanares de antes no fueron tan peligrosos como los actuales.

    pero seria una buena experiencia que con la asignatura de Periodismo Cinematografico lograramos ver » Mi amigo Angel».

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